miércoles, 23 de septiembre de 2015

POBRES QUE ACOGEN A POBRES

Chad, un país donde la mitad de la población sobrevive con un euro al día, da la bienvenida a los refugiados que llegan de los vecinos Sudán, Nigeria y de la República Centroafricana (RCA). Actualmente, Chad acoge a un total de 638.000 personas que han tenido que huir de sus pueblos, al otro lado de sus fronteras, por los combates. Sólo en la zona de Sido, unas 4.000 familias albergan en sus casas a más de 18.000 desplazados de RCA, donde en marzo de 2013 volvió a estallar la violencia cuando los rebeldes Seleka, en su mayoría musulmanes, se hicieron con el poder desatando las represalias de las milicias cristianas anti-Balaka.
Bajo un enorme árbol de mango, un grupo de mujeres se protege del penetrante sol chadiano. Los bebés maman plácidamente ajenos al periplo que protagonizaron sus madres para salvar la vida. La anfitriona es Koubra Senoussi, de 34 años, quien junto con su marido, Yacoub Hassaballah, de 45, comparte su casa con cerca de una treintena de refugiados centroafricanos, casi todos mujeres y niños. "Son seres humanos, y han sufrido la guerra: ¡cómo vamos a dejarlos tirados! A nosotros también nos puede pasar", exclama Koubra, madre de ocho hijos, el más pequeño de nueve meses.
Los vecinos de Sido (localidad integrada en la prefectura de Gran Sido, de 120.000 habitantes), a sólo un kilómetro de RCA, asumen como algo normal ayudar a los refugiados, muchos de los cuales son retornados, es decir, hijos, nietos, bisnietos, de chadianos que emigraron a RCA.
Hace cosa de año y medio fui al hospital y allí topé con la llegada de un convoy del ejército que transportaba a desplazados de RCA. No tenían nada de nada. Me traje a unos 30 a casa, algunos ya se han marchado, han venido otros, pero muchas mujeres siguen con nosotros", relata Koubra, que enseña árabe en la escuela local.
Es una noticia de hoy del periódico de la Vanguardia. Los pobres nos enseñan a ser solidarios, a saber acoger, a no dejarnos deshumanizar para preservar nuestro bienestar.


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