jueves, 26 de febrero de 2015

LA OBRA DE DIOS

Nos esforzamos por muchas cosas pero solo una es necesaria. Cuando Jesús dice que “por sus obras los conoceréis” ¿se refiere a proyectos humanitarios y construcciones de iglesias? ¿O a muchas actividades, reuniones y gestiones pastorales? ¿Se trata de hacer nuestras obras o es de otra cosa que Él habla?
Yo me pregunto si a veces podemos perder de vista que la obra que más nos interesa es la obra de Dios con la cual estamos llamados a colaborar. Es la obra que quiere hacer con las personas para que sean capaces de escuchar su Palabra y de ver con limpieza la Verdad de su Amor por ellas, para que sean libres y puedan buscar el Bien de Dios para el cual su corazón ha sido creado.
No quisiera como misionero saber otra cosa que a Jesucristo, no hacer otra cosa que llevar a las personas a su encuentro, que su camino se hiciera visible para que las personas no fueran engañadas por el Mal, para que fueran liberadas del temor y fueran capaces de unirse para una búsqueda del Reino de Dios y su justicia. Nuestro trabajo es la Palabra y la oración que promueve la fe y suscita la caridad en las personas y en las comunidades.
Estamos llamados a nada menos que a la santidad en el amor de Jesucristo y a no menos que eso debemos llamar a los cristianos y a los que quieren serlo. La llamada es grande aunque la respuesta sea pequeña y se haga esperar. Las rebajas, el acomodar el evangelio para facilitarlo, le hace perder su fuerza de atracción. Es sobre todo un Don que se ofrece, no es una moral que se impone. Sólo un Don como el de Jesús despierta una respuesta generosa.
En una sociedad secularizada no podemos conformarnos con una vivencia del evangelio reducida a promover valores. Si la llama de la vida interior se apaga, sólo quedan planes, ruido y palabras huecas. Mucha actividad pero poca fecundidad espiritual.
Gracias Padre porque has revelado estas cosas a los pobres que se reúnen en tu nombre para escuchar tu Palabra. Esa Palabra tuya hace su trabajo en el corazón de las personas mientras duermen para despertar a otra manera de vivir en Ti. Esa es tu Obra que da frutos de un amor que permanece, que libera, que une, que anima, que sostiene. El ser como María que pierde el tiempo a los pies de Jesús para escucharle permite que seamos una nueva Marta que hace todos sus trabajos desde un corazón habitado por Su amor.



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