LOS MANGOS QUE QUITAN EL HAMBRE
Nicole es la niña de la foto comiéndose
un mango. Cada día si puedo, hago una hora caminando y siempre voy por un
camino que está detrás de nuestra casa y va hacia un Santuario de Nuestra Señora
de la Paz y al lado de la casa y la residencia de estudiantes de las Dominicas
de la Anunciata. Cuando voy por las mañanas temprano, cruzo a Nicole que la
llevan en moto hacia la escuela y siempre me saluda con alegría. Cuando la
marcha la hago por la tarde, ella que se encuentra en una pequeña tienda que
atiende su madre, sale corriendo a mi encuentro, me abraza y me cuenta siempre
alguna cosa.
Este momento antes de las lluvias
comienzan a escasear las reservas de la cosecha anterior y es el momento en el
que la gente puede llegar a pasar hambre. Por eso la naturaleza es el momento
en que comienza a entregar esos mangos que ayudan a quitar un poco el hambre.
Los niños y los que tienen hambre no suelen esperar a que maduren y se los
comen así un poco verdes. Y lo chupan y lo rechupan como quien se está comiendo
un caramelo.
También en este tiempo comienza a bajar
el nivel del agua de los pozos y está más sucia, con las posibles infecciones y
diarreas. La gente se desplaza en Bembereke con plásticos para buscar agua
donde la haya. Y ves motos cargadas de bidones grandes de plástico de acá para
allá.
Es un tiempo en el que no hay apenas
trabajo en el campo y en el que han recibido un poco de dinero del algodón recolectado.
Por eso se aprovecha para hacer las ceremonias tradicionales por los difuntos
que han fallecido a lo largo del año que pueden durar una semana en un lugar al
que se desplazan todos los familiares y amigos. También se aprovecha para la
caza a la que van los hombres jóvenes con motos y baten toda una zona, trayendo
luego con alegría sus codornices, conejos, monos y otros animales. Es toda una
fiesta.
La otra actividad de la temporada antes
de que lleguen las lluvias es la construcción de casas de barro, todas muy
frágiles. Para la construcción se reúnen todos los vecinos y el propietario les
da de comer. Luego queda con el dinero del algodón comprar las latas que sirven
de tejado.
En cuanto lleguen las lluvias hacia el
mes de Mayo, todos a trabajar al campo. También nuestra actividad de formación
en las comunidades que visitamos se multiplica por que la gente tiene más tiempo.
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